Djokovic gana el US Open ante un gran Nadal

Djokovic gana el US Open ante un gran Nadal
13/09/2011

Novak Djokovic confirmó que 2011 será para siempre su año imponiéndose a Rafa Nadal en una final del US Open para enmarcar. Tras el 6-2 6-4 6-7 (3) 6-1 se desplegó una batalla de tal nivel e intensidad que ambos jugadores acabaron con problemas físicos en el cuarto y último set. Fueron 4 horas y 10 minutos de espectáculo trepidante en las que el serbio volvió a exhibir su arsenal incontenible de winners y Rafa dio una lección de capacidad defensiva y, sobre todo, de entereza mental. Como siempre, mantuvo la compostura y la tensión competitiva en las situaciones más adversas. Frente al vendaval

El arranque fue clave. Nadal se adelantó 2 a 0, pero perdió su saque a continuación con varios errores no forzados. Esa muestra de debilidad mental, consecuencia de las cinco finales perdidas ante el serbio en 2011, marcó la final. El serbio vio la indecisión de Nadal y puso en marcha su rodillo para endosarle un parcial de 6 a 0. El segundo set arrancó exactamente igual y con 2 a 0 a favor, Rafa, aún dolido por ese tercer juego inicial fatídico, se aplicó con todo para imponer esta vez su saque y alcanzar un 3 a 0 que hubiera cambiado el panorama. Sin embargo, tras 18 minutos de un juego impresionante, el punto dulce del serbio, con restos inverosímiles a los pies de Nadal, se impuso de nuevo.

Cuando el guión del primer set se repetía juego a juego, Nadal tuvo arrestos para reaccionar con un meritorio break y sacar para el 5 a 4, pero por tercera vez consecutiva Djokovic le devolvió inmediatamente la rotura con sus restos extraterrestres y se anotó el segundo parcial. Resignado ante la superioridad rival, el manacorí empezó a tomar riesgos, a pegar con más fuerza y a discutir el dominio de Djokovic. Si tenía que morir, que fuera matando. El partido entró en éxtasis, con ambos contendientes rompiendo la bola por doquier. Y hubo tres o cuatro puntos antológicos, con más de 30 impactos, globos, dejadas, voleas, defensas de ciencia ficción, ´winners´ demoledores… y un público genuinamente americano que gritaba histérico con la bola en juego, incrédulo, tan desatado como los dos mejores tenistas del mundo en ebullición. 7-6 (3) para Rafa.

Djokovic se resintió entonces de la espalda y pidió la asistencia del fisioterapeuta antes de iniciarse el cuarto set. Con 15-30 al resto tuvo Nadal su ocasión de enlazar con la energía favorable del anterior set, de lograr un break inicial que hubiera nivelado la batalla. Pero el serbio volvió a encontrar sus mejores golpes, favorecido psicológicamente por las dudas que generaba en Nadal sus evidentes gestos de dolor. Con 3 a 1 en contra, también Rafa se resintió del pie derecho. Empezó a cojear y a luchar contra el dolor, demasiado handicap ante un Djokovic envalentonado hacia su cita con la historia. El partido se desangró cruelmente en apenas 10 minutos, consecuencia lógica de la paliza que ambos se habían pegado en los tres primeros sets.

Bravo por Djokovic, que tras varios años a la sombra del duopolio Federer-Nadal, ha tomado el reino a base de un tenis estratosférico. Y, sobre todo, de una cabeza que si antes fue vulnerable ahora, como quien destila gustosamente su venganza, se ha vuelto asesina. Cómo se explica, sino, el resto a la línea ante el primer match point adverso en la semifinal frente a Federer. Y bravo por Rafa, que una vez más ofreció una exhibición de lucha, de contención, de buena educación e inteligencia para no bajar la cara ante un partido que cualquier otro tenista del mundo hubiera tirado a las primeras de cambio. Sí, son seis finales perdidas ante ´Nole´ este 2011, pero también ganó Rafa las primeras cinco que disputaron ambos jugadores. El camino a seguir está en ese tercer set que Rafa podrá enseñar a sus nietos como ejemplo de fe y capacidad de lucha ante las adversidades.