Pablo Andújar ha disputado este lunes su último partido en el Barcelona Open Banc Sabadell – 70º Trofeo Conde de Godó. Y lo ha hecho dando una muestra más de su resiliencia -una lesión en el codo le tuvo 3 años fuera de las pistas y en 2018 volvió, sin ranking, para situarse, de nuevo, entre los 100 primeros del mundo- y de su carácter luchador hasta el último punto del partido que le enfrentó al argentino Tomás Etcheberry y que cedió, tras dos horas de juego, por 6-2 y 7-5.
Andújar ya había anunciado que cuelga la raqueta. Quiere hacerlo en su tierra, Valencia, en noviembre. Pero Barcelona siempre ha sido especial para el tenista nacido en Cuenca. “Venía de pequeñito con mi club de tenis al Godó, que era el único torneo de esta categoría que se celebraba en España. Poder jugar el torneo y hacerlo once veces; además, poder disputar una final y disfrutar en el que ha sido mi último partido aquí, cada momento… ha salido perfecto. Ahora estoy vacío y ésa es la mejor sensación”, confesó.
Para Pablo “es un sueño que el propio Club y el torneo me dieran una invitación para despedirme. Y gracias, muchas gracias, a todos vosotros (el público), que os he sentido siempre detrás mío apoyándome”. El presidente del RCTB-1899, Jordi Cambra, hizo entrega de una placa al tenista de 37 años, con la imagen de Andújar celebrando su pase a la final en 2015 (frente al japonés Kei Nishikori).
Aunque ya no juegue, Andújar seguirá vinculado al mundo del tenis ya que es representando de los jugadores en el Board de la ATP. Pero ahora es el momento de disfrutar de la familia. Y seguro que su mujer, Cristina, y sus cuatro hijos, Pablo, Alex, Carlos y Gabriela estarán encantados.
