Feliz de volver a las pistas tras renunciar al Master 1000 de Montecarlo por lesión, Carlos Alcaraz llega a la mejor tierra batida del Mediterráneo para defender su trono. Con fuerzas renovadas se estrena en la gira en uno de sus torneos predilectos, donde deslumbró e inició en la pasada temporada su ascenso meteórico hacia el número 1 mundial. “Al no haber jugado todavía ningún partido en tierra, tengo que coger otra vez el ritmo de competición. Tengo varios días por delante antes de mi debut para sentirme lo mejor posible”.
Alcaraz ya se estrenó el viernes en las pistas del RCTB-1899 entrenando con el canadiense Denis Shapovalov y ayer por la mañana compartió una sesión de dos horas con el noruego Casper Ruud.
“Está habiendo grandes ausencias en el torneo, como Nadal o Medvedev, que obviamente eran candidatos a ganarlo. Pero no contar con ellos esta semana no me hace sentir más favorito, al final todos los jugadores que hay en el cuadro pueden ganarme perfectamente, tengo que estar concentrado y jugar mi mejor nivel en cada partido”, opina el murciano sobre las bajas de última hora de la edición, lamentando especialmente la de su compatriota.
Su primer rival saldrá del enfrentamiento entre Ilya Ivashka y Nuno Borges. Y afronta este debut con su característica humildad: “Soy de los que miran el posible camino a la final, pero muy por encima. Me enfoco en la primera ronda y de ahí no paso hasta jugarla”.
Con buenas sensaciones y el semblante sonriente que le ha acompañado desde sus inicios, Alcaraz arranca ilusionado su camino: “Lo que me gusta de la tierra es que cada punto es una batalla. Tienes que jugar más tácticamente, es lo bonito de jugar en esta superficie”, asegura. Que empiece el espectáculo.
