Nadal se toma la revancha ante Federer en Madrid

17/05/2010

Rafa Nadal volvió a demostrar su ascendente mental sobre Roger Federer en la final del Mutua Madrileña Open de Madrid y dejó su bagaje de enfrentamientos personales en 14 victorias por 7 derrotas. Ahí es nada, tratándose la víctima del reconocido unánimemente como mejor tenista de la historia. Un año después de sucumbir por un doble 6-4 ante el propio Federer en ese mismo escenario, el manacorí se tomó la revancha por 6-4 7-6 (5). Ahora, obtenidos limpiamente los botines de Montecarlo, Roma y Madrid, Nadal afronta Roland Garros de nuevo como número 2 ATP y con el firme propósito de sumar en

El partido planteó de nuevo una batalla entre la genialidad del suizo y la consistencia y la garra de Rafa. Federer  se mostró ayer menos vulnerable ante los ataques de bolas altas a su revés y el duelo se igualó. Pero ya sabemos que para que el suizo gane a su bestia negra debe ser claramente mejor: si el duelo está parejo, siempre es Rafa el que impone su mayor jerarquía mental. Como en el tie break del segundo set, cuando con 4 a 2 a favor Federer estrelló a la red una dejada que ya no admitía réplica. Eso, más los tres errores no forzados consecutivos que encadenó a continuación, dejó vía libre a Nadal, que suma su 39º título profesional con sólo 23 años.  

Instantes después de proclamarse campeón del Mutua Madrileña Open de Madrid, Nadal dijo: “Ni en mis mejores sueños podría haber esperado un inicio de temporada de tierra tan bueno”. Lo dijo con buen criterio, obviando deliberadamente que sigue siendo el rey en tierra, desde la humildad que tan bien le ha enseñado su entorno familiar. La frase se entiende mejor si se repasan los problemas que arrastró justamente desde que Federer le venciera hace un año en Madrid: esa dolorosa derrota en casa y en tierra, la posterior devacle ante Soderling en octavos de Roland Garros para quebrar la racha de cuatro títulos consecutivos en París, lesiones y renuncia a defender Wimbledon, finales que se le escaparon por muy poco, más lesiones… y ningún título hasta Montecarlo. Ahora que las nubes despejan su panorama, los rayos del sol le saben a gloria.