Rafa Nadal tuvo una mala tarde en la final del Mutua Madrid Open y no pudo contrarrestar el consistente juego del escocés Andy Murray, ante el que claudicó por 3-6 2-6 en una hora y 28 minutos. Después de su excelente actuación en semifinales ante el checo Tomas Berdych, al que batió por 7-6(3) 6-1, el jugador del RCTB entró con mal pie en el partido y, tras el 0 a 3 inicial, no logró entrar de pleno en la batalla. Así, fue víctima de la irregularidad, inevitable secuela de un 2014 marcado por las lesiones.
Lastrado por sus excesivos errores no forzados, especialmente en el revés, Nadal no alcanzó en ningún momento la confianza para mandar desde el fondo de pista e imponer su derecha. Si Rafa no pudo desarrollar el juego agresivo y dominador que tantas veces le ha llevado al éxito, Murray interpretó a la perfección el partido y fue asentándose cada vez más en la pista. El escocés mostró un excelente criterio al optar por un juego sólido, sin asumir riesgos innecesarios, esperando con inteligencia a que fuera Rafa el que siguiera condenándose.
Murray logró así su primera victoria en tierra sobre Nadal, después de cuatro intentonas fallidas, y colocó su bagaje de enfrentamientos personales en 6 victorias por 15 derrotas. Campeón de las dos últimas ediciones, y vencedor también en 2005 y 2010, Nadal pagó cara la pérdida del título al descender del cuarto al séptimo puesto del ranking ATP.
Pero el manacorí supo hacer una lectura positiva de su paso por Madrid: ‘He jugado un par de partidos buenos esta semana. Especialmente el de ayer fue uno de mis mejores partidos en mucho tiempo, así que no puedo dejar Madrid sin estar feliz. Tengo que borrar lo que ha pasado hoy y quedarme sólo con las cosas buenas que han sucedido estos días, porque hay muchas más buenas que malas. Creo que he dado un paso adelante’.
Si Nadal jamás llegó a sintonizar el modo ‘Rafa’ al que tan mal nos ha acostumbrado en las finales, hay que decir que enfrente tuvo a un rival inspirado, sin fisuras. De hecho, en Madrid Murray sumó su segundo título consecutivo sobre tierra, tras el logrado la semana anterior en Múnich, para mantenerse invicto en esta superficie en lo que llevamos de temporada, con 10 victorias por ninguna derrota. También fue su segundo título en Madrid, donde ganó en 2008, cuando se disputaba sobre pista rápida cubierta.
