Gran éxito del concierto de Navidad

Gran éxito del concierto de Navidad
30/12/2009

Organizar, organizar, organizar. ¡Ah! Todo el mundo me pregunta, se admira, y agradece que todos los años, por estas fechas entrañables, esté al pie del cañón organizando el Concierto de Navidad del club. Seré sincera y confieso que me encanta que la gente me lo reconozca pero, lo cierto es que no hay nada más fácil que organizar un evento que nació para el éxito. Y es que, señores, en nuestro club no sólo se blanden raquetas, sino violines, flautas, guitarras, pianos y demás.

En las filas de alevines, infantiles, cadetes y júniors nos sobran virtuosos que interpretan las claves de sol y fa con la naturalidad que pegan un revés y que, con los años, nos van sorprendiendo con sus avances y su gusto por la música. Entre los adultos cuesta más encontrar a quien se preste a tocar, pero siempre se puede contar con unos pocos dispuestos a aportar su granito en este evento, que se ha convertido en un momento entrañable y esperado del club. Gran parte del éxito radica en la diligencia del equipo de secretaría  que no deja cabo por atar, permitiendo que el desarrollo del concierto sea perfecto, y a los dos presentadores, Jordi Montes y Jaume Campistol, que supieron conducir la velada con mucho savoir faire.

El concierto se desarrolló con el formato que ya es habitual. La primera parte se nutrió de los jóvenes intérpretes, una lista que con los años se va consolidando por la cantidad y calidad de sus componentes. Varias son las familias que aportan a más de uno: los Pich-Aguilera con Jorge, Carlos y Guillermo, los Casals con Marta, Elena, Ramón y Laura, los Rodríguez López con Eduard y Cristina y los Mora Balil con Eugenio y Lola, a los que se suman Sofía Bóveda, Carla Vallet, Patricia Bueno Tintoré, Blanca Puigdelloses y el nuevo “fichaje” Hugo  van Dijk. Los nervios y la ilusión para clavar la interpretación puede, tal y como apuntó con mucho tino Jordi, introducir pequeñas variaciones en piezas clásicas y archiconocidas entre los espectadores. El público impone, los meses de preparación pesan, los nervios traicionan, pero el resultado final es siempre satisfactorio, tanto para los que suben al escenario como a los melómanos que vienen a disfrutar como espectadores. Los más pequeños no lo saben, pero tienen a un público, compuesto por padres, abuelos, amigos y consocios, entregado desde el primer minuto y dispuesto a disfrutar con esas pequeñas improvisaciones de los jóvenes intérpretes.

Después del tradicional descanso endulzado con chocolate y churros, se pasó a la segunda parte del programa, encabezada por Ivana Klimek que interpretó una conocida pieza de Chopin, con el gusto y la solidez de la gran pianista que es. A continuación Andrés Balil cantó el tema de John Lennon, “Just starting over”, acompañándose por el piano, y demostró que la experiencia empieza a ser un grado en cuanto se sube al escenario. Para terminar, tuve la osadía de convocar a mi grupo de canto para cantar a tres voces varios temas y cerrar la velada con “We are the World” en homenaje póstumo a Michael Jackson, acompañados por Andrés al piano. Gracias al empuje y garra de nuestra directora de canto, el final de fiesta fue apoteósico. Logró poner en pie a todos los presentes en un momento mágico de la tarde y acabamos cantando todos juntos el famosísimo tema, que en su día aglutinó a los mejores artistas estadounidenses en causa altruista, provocando que más de uno/a (entre los que me incluyo) terminara emocionado por la fuerza de la letra y la unión de las voces. Tal y como se comprobó, nada mejor que la Navidad y la música para hermanar, no sólo a los presentes sino al mundo entero.

 

Gogo Balil