ESPAÑA suma su cuarta COPA DAVIS a lo grande

ESPAÑA suma su cuarta COPA DAVIS a lo grande
13/12/2009

España cumplió los pronósticos y derrotó a la República Checa en la final de la Copa Davis disputada en el Palau Sant Jordi del 4 al 6 de diciembre. El tenis español recogió el guante del fútbol y el baloncesto y demostró al mundo entero que, hoy por hoy, no hay país que pueda hacerle sombra. Los primeros en romper complejos de inferioridad fueron Pau Gasol y sus amigotes, después llegaron Casillas, Xavi, Iniesta, etc, y ahora son nuestros tenistas los que exhiben orgullosos el potencial deportivo español.

El resultado final, cinco puntos a cero, puede llevar a engaño. O no. Si bien es cierto que Berdych puso en aprietos a Nadal con un 5 a 4 a su favor en el primer set de la eliminatoria, también lo es que su fortaleza se desvaneció fulminantemente en el momento decisivo para encadenar 13 juegos consecutivos en contra. Uno a cero y calma para los locales. Si cierto es también que Stepanek heló el ambiente del Sant Jordi con su talento situándose 6-1 6-2 arriba, también resultó que no supo machacar a un malherido Ferrer y acabó trasquilado, con la raqueta entre las piernas y tocado físicamente para el dobles.

 

Berdych y Stepanek asustaron por momentos, pero jamás concretaron sus amenazas. Al final acabaron siendo víctimas del ambiente del Palau Sant Jordi y la autoestima del equipo español al perder incluso el punto en el que partían como favoritos, el doble, sin ni siquiera sumar un set. La fiesta acabó el domingo sin más interés que rociar con cava a cuantos aparecieran por la tierra instalada en el recinto. Cinco a cero. ¿Triunfo incontestable? Bueno, no fue un paseo triunfal, sino que se lo pregunten al Ferrer que lloraba en el vestuario tras los dos primeros sets del segundo punto. Pero sí que se vio a un equipo español aguerrido, convencido de su potencial y disfrutando de su condición de local con el recuerdo reciente del infierno vivido hace un año en Mar del Plata, Argentina.

 

Desde 1999 no perdía España en casa, cuando el mejor Guga Kuerten de su carrera lideró a Brasil en Lérida. Diez victorias seguidas como local era un dato contundente, difícil de contravenir. Además, hace muchos años que nuestro tenis tiene, con mucho, los mejores especialistas en tierra batida del mundo. Y, como guinda, la intimidación de Nadal, que en el primer punto resurgió cuando mayores eran las dudas. Las que generaba su falta de profundidad en el juego, sus tres derrotas recientes en el Masters y los palos que Berdych conectaba a las líneas. Pero, como suele, el manacorí supo sacar lo mejor de sí mismo cuando más acorralado estaba contra las cuerdas. Y si Rafa y Ferrer estuvieron impecables, bravo igualmente por Feliciano y Verdasco, que concretaron el éxito con un partidazo repleto de garra.

 

El dominio español en el tenis mundial en la última década queda reflejado por la frialdad de los números: 2000, primera victoria, también  en el Palau Sant Jordi, ante Australia; 2003, derrota en Australia en la final; 2004, segunda victoria en Sevilla, ante Estados Unidos; 2008, tercera victoria en Argentina, esta vez con el mérito añadido de imponerse tres a uno como visitantes y sin Nadal; con este último éxito son cuatro las Copa Davis levantadas en las 10 últimas ediciones. Detrás de tanta alegría se encuentra la propia alegría vital de unos jugadores españoles que, a diferencia de muchos otros, se pasean por el circuito unidos por la amistad y el compañerismo.