
La temporada 2016 está siendo inolvidable para Albert Ramos. Han sido muchas emociones de forma consecutiva: victorias ante tenistas top (Milos Raonic en París, David Ferrer en Bastad), los cuartos de final en Roland Garros, el triunfo de su primer torneo ATP y su escalada en el ranking (a día de hoy está en el puesto 32). Y queda lo mejor, su participación en los Juegos Olímpicos de Río, algo con lo que no contaba.
“Estoy muy contento de poder participar en unos Juegos Olímpicos porque es algo que no me esperaba a principios de año. De hecho, antes de empezar Roland Garros tampoco me lo esperaba. Estoy súper feliz de poder tener la oportunidad de vivir una experiencia como esta”, admite con una gran sonrisa que delata su actual estado de ánimo.
El mataronés afronta “los Juegos con la misma predisposición y entrega que el resto de torneos” en los que participa. “Sí que es verdad –aclara- que, a nivel extradeportivo, hay muchos factores en unos Juegos que hacen de esa semana algo más especial”. A sus 28 años, el tenista zurdo que dirige José María Díaz será uno de los deportistas más felices en la Villa Olímpica.
“Este año estoy haciendo las cosas igual que siempre. Intentando mejorar y aprender continuamente. Seguramente, como explica el dicho, ‘la experiencia es un grado’ y eso creo que lo estoy notando. Me están saliendo unos resultados muy buenos, los mejores de mi carrera, y ojalá que duré mucho tiempo”, manifiesta Ramos al hacer balance de este fantástico 2016.
El campeón de Bastad no se quita de la cabeza ese título tan esperado: “Poder ganar en Bastad ha sido muy importante para mí. Muchas veces me pasó por la cabeza el que nunca sería capaz de ganar un título. Ahora lo he conseguido y eso me ha dado una fuerza moral increíble”.