Novak Djokovic sigue sin perder un partido en 2011 y ya lleva 39 victorias consecutivas. Con la final ganada ayer en Roma ante Nadal por un doble 6-4 son ya cuatro los títulos que le ha arrebatado al manacorí esta temporada: Indian Wells, Miami, Madrid y Roma. Si hasta febrero el serbio no había sido capaz de ganarle a Rafa ninguna de las cinco finales que habían disputado, ahora el marcador está ya en cinco a cuatro. Y de no suceder algo extraño, todo apunta a que en Roland Garros se puede vivir un nuevo capítulo de esta electrizante serie entre los dos mejores del circuito. De momento la
La final de Roma volvió a mostrar el mismo panorama que en los anteriores duelos: Rafa apurando todo su repertorio defensivo ante el vuelo endiablado de la pelota de Nole. El estado de gracia del serbio es apoteósico. Con la derecha sigue partiendo la bola con la fiabilidad y los ángulos de siempre, pero la novedad está en la finura y consistencia de su revés, con el que ahora remata muchos más puntos. El año pasado, especialmente en la final del US Open, Djokovic sintió la frustración psicológica de perder ante un Rafa al que, en muchos momentos, dominaba con sus tiros. Ahora las tornas han cambiado. Desde que le batió por fin en la final de Indian Wells, ya se atreve a ganarle. Y disfruta con la venganza.
La gracia de la situación es que el mallorquín está probando ahora la amarga medicina que durante tantos años ha estado recetando él a sus rivales. Es Rafa ahora el que tiene que trabajar para revertir una situación adversa. De pronto se ha encontrado con uno más fuerte. Y tiene que seguir optimizando sus prestaciones con la esperanza de encontrar una salida a flote. Lo preocupante del caso, como advertía el siempre divertido y talentoso Tomás Carbonell en sus labores de comentarista, es que Rafa no encuentra el modo de hacerle daño a Djokovic. Pero si algo tiene Nadal es capacidad de superación y, si quiere demostrar por qué ha sido tantos años el rey de la tierra, deberá hacer bueno aquello tan cinematográfico de que siempre le quedará París. En cuanto al número uno, Djokovic lo alcanzará si llega a la final, incluso en el caso de que la perdiera contra Nadal.
